Los estudiantes de hoy en día tienen
muchas más inquietudes que los del pasado. Están en busca de un porqué para
cada acción que se supone deben realizar, ya no basta un ‘porque es futuro’
para animar a los niños o adolescentes a
esforzarse en lo académico.
Para motivarlos hace falta introducirlos
de manera activa en el sistema educativo, que observen las ventajas del mismo y
que crean en los beneficios futuros que pueden conseguir en la escuela, pero a
veces no es nada fácil y para ello hemos aprovechado la ocasión de poner en
práctica uno de los varios talleres que hemos llevado a cabo en el primer
trimestre, se trata del programa PROEDUCAR, en la modalidad denominada
QuedARTE.
Dicho programa ha sido ofertado por la
Junta de Andalucía con el fin de evitar el abandono escolar temprano. Nuestro
centro ha enfocado este proyecto en un taller de teatro porque el teatro es ante
todo, diálogo, supone un reto, un estímulo, una transformación... y aplausos. Pensamos
que el niño de hoy necesita todo eso y mucho más para superar el handicap de la
súper protección familiar, la pobreza de conseguir todos sus antojos, la
soledad producida por largas horas ante el televisor, el agobio de las clases
particulares, la angustia familiar por no tener dinero para pagar el plazo de
la lavadora, las riñas conyugales o la separación de sus padres o simplemente
para superar sus propios problemas, como pueden ser su timidez, pereza,
despiste, inseguridad o miedo y la desmotivación por la escuela.
Nos pusimos manos a la obra y tras las
sesiones programadas para reforzar el trabajo en equipo, valorar el cuerpo y el
movimiento como instrumentos comunicativos, desinhibirse y perder el miedo
escénico, aprender a observar, a ser observados, críticos y criticados, y un
sin fin de objetivos, se llevó a cabo el correspondiente ensayo y
representación de una obra de teatro, El
fantasma del Vizcaíno, (basada en la obra de Óscar Wilde, El fantasma de Canterville).
El
fantasma del Vizcaíno (todo ficticio por supuesto,
je, je), cuenta cómo el alma de un antiguo director queda atrapado en el
instituto tras su mal hacer con los alumnos. Tras varios años en venta, una
familia trabajadora y noble de Pozoblanco se dispone a comprar nuestro
instituto y renovarlo para una educación de calidad pero el fantasma intenta
hacerles la vida imposible; finalmente, este encuentra un alma piadosa que le
ayuda a abandonar el centro y a partir hacia el mundo de los muertos para
siempre. Como dicen los alumnos al final de la obra:
“El fantasma descansa ya en paz,
el Vizcaíno está en calma, ven y te
encantará
pues no solo está lleno de risas
sino que aquí la formación corre prisa.”
Desde aquí, quiero agradecer al alumnado
participante (2º de ESO) su buen hacer y darles la enhorabuena por el trabajo y
esfuerzo realizado pues ellos son y serán siempre los verdaderos protagonistas
de nuestra escuela.
Doña Noelia Vegas Porras
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