“Tous les yeux s’étaient levés vers le
haut de l’église. Ce qu’ils voyaient était extraordinaire. Sur le sommet de la
galerie la plus élevée, plus haut que la rosace centrale, il y avait une grande
flamme qui montait entre les deux clochers avec des
tourbillons d’étincelles, une grande flamme désordonnée et
furieuse dont le vent emportait par moments un lambeau dans la fumée.” (Victor
Hugo: Notre Dame de Paris, 1891
A principios de curso, el Departamento de
Francés programó un Viaje cultural a París en colaboración con el IES Jerez y
Caballero de Hinojosa del Duque, que finalmente tuvo lugar el pasado mes de
abril. Con un grupo de veinte alumnos y alumnas de 3º de ESO, gracias a la
iniciativa y a la impecable organización de doña Noelia, jefa del Departamento,
emprendimos un largo viaje en autobús hacia la capital francesa.
Los beneficios que suponen esta actividad
para nuestro alumnado resultan incuestionables: han compartido momentos y vivencias
con sus compañeros de viaje que recordarán el resto de su vida; han puesto en
práctica, por supuesto, sus conocimientos lingüísticos en situaciones de
comunicación real; han conocido in situ aquellos aspectos más relevantes de la
cultura francesa y han visitado todos los monumentos y lugares más importantes
de París, tales como la Tour Eiffel, el Arc du Triomphe, les Champs Elysées, le
Sacré Coeur y Montmartre, el Museo del Louvre o el imponente Palacio de
Versalles, residencia de la monarquía francesa hasta la Revolución francesa. Y,
muy especialmente, pudimos todos contemplar la majestuosa catedral gótica de
Notre Dame de Paris, que una semana después ardía en llamas inexorablemente.
Esta experiencia me ha permitido redescubrir
esta maravillosa ciudad —que visité por primera vez con dieciséis años, también
gracias a un viaje del instituto— a través de los ojos de mis alumnos y
alumnas. Como profesora ha supuesto una gran satisfacción, y un privilegio el
hecho de haber visto a mis alumnos y alumnas aprendiendo, observando, interesándose
y preguntando, perdiéndose y encontrándose, creciendo, divirtiéndose también, y
viendo cómo la ciudad y su cultura iban dejando huella en ellos. Pues, como muy
bien escribió Hemingway, “si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven
luego París te acompañará, vayas donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que
París es una fiesta que nos sigue”.
Desde el Centro, nos gustaría darle
continuidad a esta actividad en los próximos cursos y para ello será
imprescincible poder seguir contanto con el apoyo que nos han brindado los
padres y las madres de nuestro alumnado, a quienes queremos agradecérselo muy
sinceramente.
Doña Elena Castro
Muñoz
Profesora
de Francés
MI VIAJE A PARÍS
El pasado 8 de abril, nos pusimos en camino
hacia París. 1602 kilómetros nos separaban. Y puede que el hecho de permanecer
en torno a 24 horas en autobús, nos echara atrás, pero los trenes en la vida
pasan una vez y hay que subirse sin divagar.
A las 10 y media de la mañana, salimos
rumbo a París. Horas de diversión, también de cansancio, pero, finalmente,
llegamos a nuestro destino. Tras hacer una vista panorámica guiada desde el
autobús viendo los monumentos más emblemáticos de la ciudad, paramos a los pies
de la Torre Eiffel, desde donde se podía ver toda la ciudad. Al caer la tarde,
nos fuimos a cenar a uno de los restaurantes de la famosa calle Rivoli y ya por
último hacia nuestro hotel.
Al día siguiente, nos levantamos temprano
y, tras desayunar, nos pusimos en camino hacia el museo del Louvre, donde
pudimos ver, entre otras obras, la Gioconda. Por la tarde, nos fuimos a la
catedral de Notre Dame; la misma que, una semana después, ardía en llamas.
También paseamos en los “bateaux mouches” por el río Sena, donde pudimos
disfrutar de los monumentos de París. Por último, cenamos, y nos fuimos al
hotel.
El tercer día subimos hasta Montmartre,
donde pudimos ver la Basílica del
Sagrado Corazón. Tras comer, nos pusimos rumbo a la ciudad de Versalles, donde
visitamos el palacio: sus dependencias y los inmensos jardines. Por último, nos
fuimos a ver el famoso arco del Triunfo y, tras la cena, de nuevo al hotel.
En el cuarto y último día, recordamos los
mejores momentos de nuestra infancia. Disneyland París nos esperaba. Allí
disfrutamos de las atracciones y, por la noche, el espectáculo final y fuegos
artificiales.
Finalmente, nos volvimos a montar en el
autobús camino de Pozoblanco.
Tengo que destacar las noches de risas en
el hotel, con nuestros compañeros de Hinojosa.
Este
viaje ha sido una experiencia inolvidable, acompañados de nuestras profesoras y
de los alumnos de Hinojosa. Sin duda, una experiencia para repetir.
Juan
García Romero, 3º ESO A