Cuatro alumnas de 4º de ESO y un
exalumno de este Centro han formado este curso 2019/2020 el grupo de debate del
IES “Ricardo Delgado Vizcaíno”. Cristina Ranchal y José Luis Rubio como
introductores, Ana Belén Salado y Gloria Domínguez como refutadoras y Soledad de
Gracia como conclusora han estado todo el año en aula de debate. Este grupo, “Los
Guerrilleros”, se reunía de forma voluntaria por las tardes en el instituto con
su profesora de debate, doña Rocío Alamillos Álvarez. El grupo ha sido más que
un equipo ya que el amor por el debate los ha unido, los ha hecho íntimos, una
verdadera familia. Han sido capaces de aportar trabajo, sacrificio, tesón, ganas
de aprender e ilusión. Con todos esos ingredientes, acudíamos dos tardes en
semana al Centro para mejorar, aprender juntos y donde la profesora, a pesar de
guiarles en el camino, era una más. Todas las opiniones tenían el mismo valor,
todas las ideas se consideraban con el mismo rigor y todos los materiales,
pruebas y evidencias eran analizadas por todos los miembros, siendo el equipo
el primer crítico con su propio trabajo.
Sin miedo al fracaso, a los demás
grupos ni a lo que pudiera ocurrir en los escenarios, el equipo quiso
enfrentarse a todos los retos posibles en este curso.
Tras acudir al Torneo
Rural de Debate, con una experiencia muy positiva en la que cayeron en
semifinales, “Los Guerrilleros” no podían esperar a asistir a más torneos donde
ponerse a prueba ellos mismos, defender su trabajo y aprender viendo debatir a
otros grupos. Es así como nos inscribimos en el Torneo Regional de Debate.
Acudimos a la fase provincial en Córdoba el 24 de febrero, para responder a la
pregunta: ¿Deben censurarse los eventos
deportivos en los países que no respetan los derechos humanos? Nuestros
alumnos, que competían contra 22 equipos de toda la provincia, fueron pasando
fases, ganando debates y aprendiendo de sus oponentes. Tras llegar a
semifinales en un torneo de durísimo nivel, volvimos a Pozoblanco con un montón
de novedades que incorporar en nuestra forma de debatir. El aprendizaje de esa
larga jornada fue mayor que el que pudiéramos haber realizado en un mes de
trabajo en el instituto. Ver equipos en escena de tantos centros diferentes y
con formadores distintos nos hizo conocer mejor nuestros puntos débiles y ver
ejemplos de cómo mejorarlos.
La experiencia fue muy
gratificante, el equipo estuvo desde las nueve de la mañana hasta las nueve de
la noche debatiendo y, entre debate y debate, conoció a alumnos/as de otros
centros, hizo una gran amistad con el grupo que venía del IES “Padre Juan Ruiz”
de Hinojosa del Duque y con el grupo del IES “San Roque” de Dos Torres. La
convivencia fue muy intensa y los sentimientos estaban a flor de piel.
Dos días después, teníamos el II Torneo
Interno de Debate organizado por el IES “Los Pedroches” de Pozoblanco. La
pregunta del debate era: ¿Deben dejarse
en casa los móviles durante la jornada escolar? Habíamos estado preparando
durante la semana el debate regional y, los fines de semana, el local. Habían
sido varios meses de preparación siguiendo este ritmo, por lo que tras los
buenos resultados del torneo regional en Córdoba veníamos más ilusionados que
nunca. Estos dos días que aún tuvimos por delante se convirtieron en oro.
Habíamos aprendido mucho y solo había que aplicarlo. La dedicación fue
absoluta, el trabajo por parte de todos los alumnos fue indescriptible. Horas y
horas juntos hasta que las limpiadoras nos echaban, literalmente, del instituto.
Hombro con hombro, concentración, reparto de tareas, autocrítica, revisión y
ensayo.
Apenas sin dormir por la magnitud
del reto que teníamos encima, el día del torneo acudimos con nuestra mejor cara
a defender nuestro trabajo y a disfrutar y aprender de la experiencia. A lo
largo de la jornada fuimos ganando los debates con nuestras evidencias y
nuestros argumentos hasta llegar a ganar el torneo. Nuestros alumnos, que
habían dejado de ser adolescentes para trabajar por estos torneos como verdaderos
adultos, comprometidos, firmes y unidos, no solo presentaron batalla, sino que
ganaron la guerra.
Por algo se llamaban “Los Guerrilleros”.
Doña Rocío Alamillo Álvarez