"La experiencia en el IES Ricardo Delgado Vizcaíno como
profesor y como director me ha servido en toda mi trayectoria posterior a nivel
profesional y yo diría que incluso también a nivel personal"
Don Rafael Sastre Arranz nació en Málaga
el 22 de mayo de 1969 y es licenciado en Ciencias Matemáticas.
Ejercí durante
cuatro años desde el curso 2002/2003, dentro de la primera década de
funcionamiento del Centro.
Antes de su llegada al Centro, usted había ejercido
la docencia en otros destinos. ¿Puede contarnos su trayectoria profesional
anterior a su etapa como director?
El IES Ricardo Delgado Vizcaíno fue mi primer
destino definitivo. Antes de llegar a él, estuve siete años en expectativa de
destino, ejerciendo en varios institutos de Málaga. Aprobé las oposiciones en
el año 1993 y realicé mi año en prácticas en la Universidad Laboral de Málaga,
donde estuve destinado dos años más. Después estuve en otros institutos, uno o
dos cursos en cada uno. Casualmente, justo el año anterior de llegar al IES Ricardo Delgado Vizcaíno, estuve en el
mismo Centro en el que ahora estoy destinado desde hace dos cursos.
¿Cómo y en qué circunstancias llegó a la dirección
del Centro?
Llegué al
instituto el curso 2000/2001, dos años antes de comenzar a ejercer como
director. No puedo negar que me atraía la posibilidad de tener la oportunidad
de aportar algo a la organización y funcionamiento del instituto. Animado por
algunos compañeros y compañeras nos decidimos a presentar el proyecto de
dirección el año 2002. Desde luego, tengo que decir que no solo se trataba de
que yo me decidiera a presentarme. Se trataba de formar un equipo, y los
compañeros Maribel y Antonio María fueron personas fundamentales para tomar la
decisión de presentarnos a la elección, apoyada finalmente de modo mayoritario
por el Consejo Escolar del Centro.
¿Qué recuerdos guarda de aquella época?
Pues guardo
buenos recuerdos, la verdad. El primer año recuerdo que tuvimos mucho trabajo
adaptándonos a los cargos e intentando llevar a cabo los objetivos que nos
habíamos marcado. La relación con el AMPA fue intensa y creo que se lograron
algunas cosas, aunque no todas las que deseábamos. También tenemos que
agradecer la colaboración de todo el claustro de profesores y profesoras, con
los que pudimos contar para todo lo que proponíamos. Su ayuda, trabajo y
consejo siempre fue imprescindible.
¿Lo marcó de alguna manera su paso por el Centro?
Por supuesto.
Recuerdo muchas veces todo lo que vivimos allí. Aunque suene a tópico, es muy
cierto que aprendí mucho y la experiencia en el IES Ricardo Delgado Vizcaíno como
profesor y como director me ha servido en toda mi trayectoria posterior a nivel
profesional y yo diría que incluso también a nivel personal.
¿Qué objetivos considera que cumplió en su etapa
como director?
Uno de los
objetivos principales cuando emprendimos la dirección era aprobar el Reglamento
de Organización y Funcionamiento, y conseguimos consensuarlo y aprobarlo.
También creo que contribuimos a establecer unos protocolos de funcionamiento
común en cuando a medidas básicas, como la promoción de la convivencia en el
Centro, el control de faltas de asistencia y el establecimiento de unos criterios
para evaluar, fijando unos parámetros curriculares básicos con el objetivo de
proporcionar una educación de calidad al alumnado del Centro. Para ello
consideramos imprescindible contar con el Claustro de profesores –nunca
olvidábamos que formábamos parte de él-, ya que es el que al fin y al cabo
tiene que poner en práctica la difícil tarea de proporcionar esa educación a
los estudiantes que pasaban por nuestras clases.
¿Le quedó alguna espina clavada, algún objetivo sin
cumplir?
Seguro que
quedaron objetivos inacabados o, incluso, sin abordar, pero me resulta difícil
recordarlos debido al largo tiempo que ya ha transcurrido. Sin embargo, no me
quedó ninguna espina especialmente clavada porque siempre tuve la sensación de
que hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano para cumplir con todo lo que nos
planteamos. Otro tema es si conseguimos llevarlo a cabo de forma acertada o no.
Tras su paso por el IES Ricardo Delgado Vizcaíno, ha continuando ejerciendo la labor
docente. ¿Puede contarnos cuáles han sido sus posteriores destinos?
Tras dejar el
IES Ricardo Delgado, me incorporé al IES Salduba, de San Pedro de Alcántara, en
Málaga. Allí he estado destinado durante diez años ejerciendo como profesor de
Matemáticas y asumí el cargo de adjunto a la Jefatura de Estudios durante dos
cursos. En el año 2016 solicité trasladarme a la capital de Málaga y conseguí
destino en mi actual centro, el IES Emilio Prados, de Málaga, en el que, además
de dar mis clases de matemáticas, desde este curso ejerzo el cargo de Jefe de
Estudios.
Pero usted no solo es profesor. Además de la
enseñanza, ¿cuáles son sus otras inquietudes?
Durante el
curso, en los ratos libres que deja nuestra labor de docente, me gusta tener
siempre alguna novela a mano. También el cine es uno de mis entretenimientos
preferidos, así como la música. Y, aunque esté relacionado con mi profesión y
lo aplique a mi labor docente, me encanta dedicarme a leer y estudiar cosas
sobre matemáticas y programación informática.
Para finalizar, ¿qué le desea a la comunidad
educativa del IES Ricardo Delgado
Vizcaíno en su vigésimo aniversario?
Tanto a los
alumnos y alumnas como a los compañeros y compañeras del profesorado les deseo
siempre que no pierdan nunca la curiosidad por aprender, que guíen unos y se
dejen guiar otros hacia el conocimiento, que es la herramienta fundamental para
llenar la sociedad de ciudadanos comprometidos, críticos y, sobre todo, libres.
Estoy seguro que así se ha conseguido con todas las generaciones que ya han pasado
por el instituto y deseo que así siga siendo para muchas generaciones más.
Quiero mandar
un fuerte abrazo a todos los compañeros y compañeras que conocí en el instituto,
estando seguro de que sigue intacto su compromiso con la labor educativa que
compartí con ellos en un instituto del que mantengo inolvidables recuerdos.